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Las Historias del Instituto Calipso. Hoy: Federico


El Instituto Calipso es una familia y como en toda familia que se precie, cada integrante tiene su historia.

Para leer esta entrevista voy a pedirles que se imaginen que estamos sentados plácidamente entre las plantas del Calipso tomando un café, sin prisas, sin relojes, sin otro objetivo que compartir un momento agradable con una persona muy especial para nosotros: Federico.

Fede hace tres años que viene al Gimnasio del Instituto Calipso, tiene veintitrés años, es adiestrador de perros y psicólogo canino.

La charla comienza sin darnos cuenta entre una mirada al cielo y un sorbo de rico café.

¿Cuándo fue la primera vez que viniste al Instituto Calipso?

“A los ocho o nueve años. Iba al Colegio Claret. Al principio no quería venir a natación porque no entendía muy bien como era,  aparte me ganaban todos era medio queso. Pero ahora nadar sé, lo que vine a aprender lo aprendí. Estuve dos o tres años y luego me fui, cambié de colegio y tuve que dejar.”

¿En la actualidad venís también a la pile?

“La verdad que no. Me gusta la libertad que te da el gimnasio. Su libertad de horarios y el clima que hay si bien la gente es casi toda la misma que va a la pile.”

Fede, ¿cómo llegaste a ser adiestrador de perros?

“Me echaron del secundario y entonces fui a estudiar algo. Tenía ganas de seguir estudiando y no tenía ganas de pisar una secundaria de nuevo; fui y me conseguí un título de adiestrador”

Espera un poco… ¿Cómo que te echaron de la escuela?

“Me echaron de la escuela en cuarto año, era una escuela privada. Había mucho maltrato contra algunos pibes de la escuela, mandé una carta quejándome y no me dejaron entrar nunca más. La carta cuestionaba porqué las autoridades permitían que se maltratase a chicos dentro de la institución. En un colegio donde hay un gabinete psicopedagógico donde hay contención un pibe sale al recreo y meten tres bifes delante de un preceptor, para mi había algo que no funcionaba bien. No había castigo para el que hacía este tipo de cosas. Yo decía que había un error ahí que había que cambiarlo. Repartimos la carta con un par de amigos, a mí  no me dejaron entrar más y a mis amigos los retuvieron tres horas después de clase al estilo policía preguntándoles si yo era buena persona si yo les había pagado. No sólo la institución no reflexionó con la nota que envié sino que también terminaron maltratando a mis amigos. En la misma institución un chico llevó un arma para mostrarla a sus amigos y le pusieron una amonestación, yo llevé una carta y me echaron.
De repente fui un pibe de dieciséis años que se quedó sin escuela, sin amigos, ni nada. La gente de la escuela le dijo a mis amigos que yo estaba loco y quería hacerles daño que no se acercaran a mí. Todo esto no me permitía salir a la calle, andaba con mucho pánico, fue terrible.”

¿Cómo lograste vencer toda esa situación?

“Verdaderamente aún no lo vencí. En ese momento no podía salir a la calle fui al psicólogo al psiquiatra, medicación. Pasé un mes sin ver a ningún amigo, en realidad los había perdido a todos. Mis viejos divorciándose en ese momento, era todo un caos. No podía dormir, mis horarios eran un desastre. Ahora cada vez requiero menos medicación y estoy mucho mejor. Estoy terminando el secundario con muy buenas notas. El daño que causaron fue muy grande, hicieron que no quiera ver a un profesor a un kilómetro de distancia y eso que me gusta mucho estudiar.”

¿Por qué elegiste trabajar con perros?

“Porque es fácil supongo, para mí los perros son fáciles, no es tan complicado en realidad. Yo creo que cualquier persona que tenga un perro con un folletito puede recibir la información que necesita para toda la vida. Hay problemas psicológicos que tienen los perros que son importantes, por eso tengo trabajo, perros que rompen todos los muebles de la casa y dueños que piensan que eso es normal. Un perro cuando rompe muebles es porque está muy estresado, la está pasando muy mal. Tienen un exceso muy grande de energía y solo tienen la boca y van por ahí rompiendo todo.”

Escuchándote descubro una gran historia de superación.

“Si…viendo para atrás si dijese que preferiría que no hubiese pasado es injusto. Todo lo que pasó me modeló como persona y me permitió tener principios. Yo sabía que iba a tener consecuencias negativas por mandar esa carta y sin embargo lo hice porque pensé que era lo correcto. Lo volvería a hacer.”

Después de un rato de charla me voy dando cuenta que Fede lee y mucho, que tiene una pasión por la literatura que lo desborda.

¿Te gusta leer?

“En realidad no soy de leer tanto, leo y me quedo con libro por seis meses, lo leo exhaustivamente, después paso a otro. Ahora estoy leyendo “El análisis de la metafísica de las costumbres” de Kant. Kant es muy claro en lo que dice, agarras un párrafo y en ese párrafo está todo un concepto”

¿Cuál es el mejor consejo que te dieron?

“Ninguno, creo que eso es lo mejor. Llegué a crear lo que yo creo que es correcto. La mejor forma que tenés de crearte una base moral es viendo lo que está mal y su porqué. Qué cosas motivan a una persona a hacer las cosas mal, una vez que entendés eso todo se hace más ligero. Hay muchas personas que piensan que todo el mundo es malo, esa etapa la pasé hace mucho tiempo, pensar eso no sirve de nada. Una vez que uno entiende porque pasan las cosas la realidad se hace más tolerable.”

Fede siempre tiene en la boca de una manera u otra el compromiso para con el prójimo, aprender a jugarse por el otro, ser solidario, estar allí en los momentos que el otro lo necesita.

¿Qué es lo más importante para vos?

Aquí Fede se toma un rato para pensar y responde… “Hay demasiadas cosas que son importantes. Tengo muchas cosas que me vienen a la cabeza y todas están en el mismo orden de importancia. Ojalá existiese una palabra para definirlas a todas en conjunto. Me parece que decir una sola cosa te hace perder muchas otras cosas igual de importantes. Te podría decir que tener una buena moral… estar bien informado es importante.”

¿Qué nunca te llevarías a un viaje?

"A mi vieja supongo."

¿Porque venís al Instituto Calipso?

“Porque es mi espacio. Visualmente es mi espacio, la compañía que hay en el gimnasio es mi espacio, la calidad de gente que hay. A Guille lo conozco desde que era mi profesor a los ocho años y nunca cambio, siempre tuvo la misma actitud. Para mi Guille tuvo importancia en lo que es crearse a sí mismo.
 Guille comenzó con este lugar en una época jodida y siempre fue un lugar muy tranquilo, seguro. Ya cuando entro las plantas… todo es muy diferente acá, es como un mundo chiquito. Lo único que me apena es que no pueda ser un poco más grande porque la filosofía que tiene Calipso se puede aplicar a un montón de cosas más, como el taller de teatro o el taller de yoga. Me parece que no es que Calipso llega a un público seleccionado sino que el público seleccionado viene a Calipso. Acá nunca vi gente nueva que no sea del palo. Si viene alguien que no encaja sencillamente no vuelve.
 Hace tres años que estoy viniendo al Gimnasio y nunca hubo una pelea, una discusión. Cualquier intercambio de ideas es en un tono muy tranquilo. Cuando he estado en otros gimnasios es competencia, en El Calipso la filosofía es diferente, es superar por superarte. Todo esto es parecido a la fórmula que yo pienso. No conozco otro lugar que sea parecido. No es casualidad que el público que viene al Calipso sea parecido entre sí. Una clienta mía viene al Calipso, una vez faltó por dos meses y se empezó a sentir mal, se sentía triste. Yo lo veo por mi trabajo, por ejemplo a una persona mayor le hace muy bien tener un perro le rejuvenece. Yo creo que con El Calipso pasa algo similar forma parte de la calidad de vida de las personas.”

Federico cree en los hechos que pasan, de esta manera se aleja de las frustraciones, se siente más tranquilo y centrado. Promulga una filosofía simple a primera vista pero de un compromiso con profundas raíces, siempre fiel a sí mismo.

“No evalúo la posibilidad de no hacer las cosas bien. Hasta en la vida cotidiana entre la decisión de tirar un papelito en la calle o tirarlo en el tacho voy a elegir siempre el tacho. Parece una tontería pero hay un montón de gente que no lo hace. Cuando vos soltás el papelito ahí hay un acto, una declaración de quien sos. Suelto el papelito a pesar de tener un tacho a cincuenta metros porque me preocupa lo inmediato. Eso luego se reproduce porque otro lo ve en el suelo y también tira su papel porque ya uno lo hizo. Por eso es importante hacer las cosas bien. No creo que sea un cambio maravilloso pero a veces con que dos tres personas hagan las cosas bien se reproduce igual que el papelito.”

Fue un verdadero placer tomarnos este café junto a Federico, conocernos con más profundidad. Como nos dijo él: “Son las historias del Calipso lo que lo hace único. Fui a otros lugares donde importaba mucho la imagen, lo que importa aquí es el contenido” Gracias Fede, sos un tipo lleno de contenido.

Los domingos, en un futuro próximo, podremos ver a Fede como columnista hablando de perros en un programa de televisión en America TV, estaremos muy atentos para seguirlo en su aventura televisiva. 
 


Pablo Varela.
5 de Mayo - 2015

Opiniones

  • "Este lugar es mágico, es un verdadero Club de Salud.
    Las instalaciones , los profesores junto a la dedicación y responsabilidad lo hace un lugar único".
    Manfredo Carlos Clemente
  • "Excelente en todo sentido aquagym entre adultos un lugar de encuentro y buena onda , hace bien agradezco haberte encontrado en mi camino"
    Margarita Telerman

  • Hermoso lugar donde una encuentra calidez, desde los profesores hasta todas las personas que concurren a realizar gimnasia. Calipso una gran familia!!!!”
    Angela Mascari

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